
JAIDER ORSINI, GANADOR DE LA BECA DE INVESTIGACIÓN CURATORIAL “ARTE Y NATURALEZA” DEL 46 SNA
Por: María José Posada Venegas*
Jaider Orsini es un curador y gestor cultural vallenato que vive y trabaja en Barranquilla. Licenciado en Arte y Folclor en la Universidad Popular del Cesar, realizó estudios en la Maestría en Estudios del Caribe, de la Universidad Nacional de Colombia, sede San Andrés.
El pasado 8 de noviembre el Ministerio de Cultura de Colombia anunció que el proyecto La Línea Negra, presentado por Jaider, ha sido seleccionado como ganador de la Beca de Investigación Curatorial “Arte y Naturaleza”, del 46 Salón Nacional de Artistas, del programa Nacional de Estímulos Portafolio 2021.

Fotografía cortesía de Javier Orsini
El Centro de Divulgación y Medios de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia, conversó con Jaider Orsini acerca de su quehacer como gestor y curador en y para el Caribe colombiano.
CDM: Gracias por aceptar nuestra invitación, Jaider. Empecemos por saber en qué estas ahora y cómo llegaste a esto de ser curador y gestor de arte.
Jaider Orsini: Yo ahora estoy al frente de la Plataforma Caníbal, que es un espacio comunitario que promueve el arte contemporáneo y las prácticas creativas de la comunidad del Caribe colombiano. Ha sido un camino. A la curaduría he llegado por la gestión y por la investigación territorial, por conocer el territorio, sus dimensiones, sus conflictos, sus conexiones culturales, ese gran campo de la diversidad que nos abraza, me ha llevado a la curaduría, pero especialmente por la capacidad de gestión.

CDM: ¿Cuáles son los logros de los que te sientes más orgulloso en tu gestión?
Jaider Orsini: Con todos los fracasos, porque antes de los logros hay que hablar de la cantidad de veces que hemos fracasado en el imaginario de construir estas redes de comunidades, este campo cultural, de articularlo, me siento muy orgulloso de que ya hay una comunidad visible de artistas, de agentes, de personas que estamos trabajando, no necesariamente de manera articulada, ni en el sentido de lo que entendemos como redes, pero si atravesados y vinculados por los problemas que territorialmente nos atañen. Creo que ese es uno de los lograos más grandes, que hay artistas jóvenes de aquí están conectados con el campo artístico nacional y mundial, y creo que concebir este lugar también como una gran plataforma de exposición ha sido muy relevante para el trabajo que hemos venido desarrollando, de más de diez años.
CDM: ¿Cómo pueden los artistas conectarse con la Plataforma Caníbal?
Jaider Orsini: Caníbal funciona como espacio de residencia de artistas. Artistas de diferentes partes vienen a desarrollar proyectos. También funciona como proyecto curatorial. Desarrollamos investigaciones curatoriales, programas formativos e investigativos y otros espacios y proyectos en Centroamérica, en el gran Caribe, en América Latina y también en Europa. Caníbal funciona como un laboratorio de comunidades creativa. Trabajamos de la mano de muchas comunidades, tanto de la comunidad donde estamos, que es Barrio Abajo, en la ciudad de Barranquilla, aquí a la orilla del Rio Magdalena, hasta comunidades como San Basilio de Palenque, comunidades Wayuu, líderes comunitarios en sectores urbanos. Entonces, a través de estos canales que tenemos abiertos, donde se conecta gran parte del público, específicamente con las residencias, producen de manera transversal muchos artistas, plásticos, visuales, de la danza, del teatro; hay una transversalidad en la producción, pero también en cómo se vincula lo comunitario, hemos generado unas experiencias de cómo se relacionan el arte y la comunidad, muy distintas a lo que se había venido pensando. Ese es un eje que ha fundamentado el trabajo de Caníbal, los esfuerzos de gestión, los esfuerzos de trabajo se han enfocado en acercar estos dos espacios del arte y lo comunitario.

Fotografía cortesía de Javier Orsini
CDM: ¿Tienen alguna área artística en particular que se promueva con mayor énfasis?
Jaider Orsini: Nosotros promovemos las artes plásticas y visuales, desde allí se conectan la danza contemporánea, performance, algo de teatro, literatura. A través de las artes visuales se ha conectado una serie de disciplinas.
CDM: ¿De este trabajo que destacarías?
Jaider Orsini: Precisamente estamos trabajado una investigación que se llama “De la gestión a la digestión”. Y es hablar sobre esos modelos que han sido omitidos, los modelos de las pequeñas escalas comunitarias de la gestión, que en el Caribe han sido una fuente importante, un pilar trascendental para pensar los diferentes proyectos desde aquí. Entonces hablamos de esa capacidad caníbal o canibalizadora de la economía y la infraestructura, para dar paso a proyectos con sentido en muchos temas culturales, sociales y políticos, como algunos museos, proyectos que visibles y no tan visibles. Hemos identificado una serie de iniciativas tanto en Barranquilla como en otras ciudades del Caribe colombiano que nos muestran esa nueva visión de la gestión, de la intervención y de la reflexión sobre la forma en que los recursos públicos son redimidos, reinvertidos hacia lo cultural. Desde los impuestos, los aportes de los ciudadanos al Estado, hasta el proyecto comunitario. Ahí nacen proyectos como El Mochuelo, o el Museo de la Memoria de los Montes de María, el Museo Histórico de Fonseca, también artistas que se han dedicado a tejer relaciones en estos últimos 10 años como Eusebio Siosi en la Guajira; nacen proyectos como el MUZAC1, que ya lleva más de veinte años, pero al que recientemente se le ha dado un lugar, un valor a nivel regional y nacional aunque no tiene sede, no existe sino como un espacio que se activa circunstancialmente, pero que tiene una agenda muy importante.
CDM: ¿Y en las comunidades indígenas, afrodescendientes, raizales, rom?
Jaider Orsini: Una serie de proyectos que hablan de su cosmovisión, en la Sierra Nevada también. En los Montes de María el proyecto de la red audiovisual de jóvenes, paralelo a los que dirige el Grupo 21. Tania Blanco, con el proyecto “Exhumaciones” de la comunidad LGBTI, también en los Montes de María; en fin, ahora mismo se me quedan muchos por fuera, pues es una red bastante amplia que habla de un modelo de gestión que se viene dando y que la asume como una herramienta política, no solo como la suma de habilidades para la consecución y ejecución de recursos, no es la regla básica de que la gestión se mide por la consecución de recursos, sino también como la herramienta política de redimir o reivindicar la inversión de esos recursos territorialmente. Esos proyectos tienen esa visión, que nos distancia del concepto anterior de gestión y nos pone a pensar en una nueva mirada, un nuevo paradigma de la gestión en esta pequeña escala. Comunidades que han asumido los roles institucionales ante la falta de institucionalidad en muchos territorios, esa pequeña escala que habla de la identidad territorial, política y económica de la región.
CDM: Queda claro el concepto de gestión de la investigación, ahora cuéntanos sobre la digestión.
Jaider Orsini: Digestión porque se abren una serie de posibilidades para pensar la gestión y porque ha sido una forma de digerir las problemáticas, especialmente en la economía y la infraestructura cultural de la región.
CDM: Hablamos de la cultura en pequeña y mediana escala en la región cuando el país de las grandes voces habla de las industrias culturales y de la economía naranja de la empresa y proyectos de gran escala. ¿Hay rupturas, tejidos que no se han podido entrelazar entre las concepciones de una cultura que tiene que producir réditos económicos y otra que tiene que visibilizar las formas de expresión de los individuos, sus colectividades y sus regiones como un derecho, aunque no se autosostengan?
Jaider Orsini: La economía naranja ha trabajado sobre el ideal de la cultura, no sobre la realidad del sector cultural. Se generan algunas cortinas de humo como lo más visible, la inyección presupuestal, pero si se analiza bien la capacidad de gestión del gobierno vemos que realmente no ha habido una inyección presupuestal significativa a lo cultural, más bien ha habido un cambio de destino de los rubros, mover un dinero para un lado y para otro dentro del mismo espacio, y entonces se dan las prácticas de visibilizar los recursos que, si bien se han ofrecido, no se reciben porque las posibilidades de acceso de la comunidad ha sido casi que nulo. Los recursos siguen esperando a quien pueda acceder a ellos, pero las condiciones estructurales idealizadas no permiten que accedan estas comunidades con capacidades limitadas ante las herramientas tecnológicas que para ellas son inviables. Por tanto, no va a haber una activación y lo que vamos a ver a futuro es una desfinanciación acelerada del sistema cultural, que ya ha venido ocurriendo. Hay una desconexión en medio de la atracción de la economía naranja, que no se entiende qué es y no se ha explicado. Es una economía fantasmagórica para la cultura a pequeña escala, que no podrá conectarse con esa idea, porque han sobrevivido en la informalidad.

Fotografía cortesía de Javier Orsini
CDM: ¿La Academia está preparando gestores culturales, que asuman el reto de pensar el trabajo con las comunidades o estamos graduando artistas individualistas?
Jaider Orsini: La Academia está luchando por mantenerse, por conservar algunas de sus estructuras, la calidad, la cobertura. Además de eso el tránsito y la conexión con los espacios externos ha sido lento, pues responde a esas estructuras rígidas. La Escuela de Bellas Artes de Barranquilla se cayó, los estudiantes son nómadas y sólo la pandemia los normalizó. Sin embargo, se vienen abriendo espacios formativos, como la Maestría de Estudios del Caribe de la Universidad Nacional, en San Andrés, ahora también está en la sede de La Paz, en el Cesar. El grupo de investigadores recientes de la región han salido de allí. Hay universidades públicas que no tienen espacios expositivos, aun cuando uno de los medios naturales del arte es la exposición. Cuando una persona se gradúa en artes, hay un abismo entre la educación y el ejercicio artístico. Cae en un hoyo negro.
CDM: ¿La oferta de cursos, talleres, laboratorios, conferencias, charlas, seminarios gratuitos de las Universidades llega a las comunidades?
Jaider Orsini: Llega, no mucho, pero llega. Sin embargo, hay un desinterés en las comunidades por esa oferta, porque es muy generalizada, aunque sea muy bien pensada. Es comprensible que no se pueda producir es oferta dirigida a una comunidad específica, una agenda local. El Bando de la República lo está haciendo. Pero si se produce desde Bogotá, no tiene sentido. Debe ser más localizado, la educación es la interpretación del tejido cultural, cuando se inserta en él logra un gran impacto.
CDM: ¿Hay demanda de cultura entre las comunidades aun cuando no pertenezcan al mundo del arte?
Jaider Orsini: Hay un interés general. Y hay un interés de algunos profesores de invitar a personas externas, comunidades y artistas no relacionados con lo curricular a diálogos externos. A la cultura siempre la rondaba esa gran pregunta de ¿para qué sirve? Ha sido asumida como un gasto, no como una inversión. Entonces la pandemia nos hizo entender para qué sirve, cómo acompaña la condición y el desarrollo humano. Mucha gente hoy tiene ya sensibilidad frente a la cultura porque se conectó a una charla, un evento, una presentación de danza, un concierto.

Radio Caníbal. Fotografía cortesía de Jaider Orsini
CDM: Sigamos con tu gestión ¿en qué estás?
Jaider Orsini: En el 2020 inicié un proyecto con las sedes del Banco de la República, un programa de entrevistas que se llama Prácticas de distanciamiento, otras formas de acercar el Caribe, y ha sido muy interesante, mucha gente se ha conectado. Entrevistamos artistas, investigadores, curadores del Gran Caribe y de la diáspora caribeña y ha sido valiosos en términos investigativos, como herramienta académica. También estamos en un laboratorio de gestión, investigación y creación en Sucre, para artistas plástico y artistas de la danza y en un programa de identificación de artistas en el Departamento el Atlántico.

CDM: Como cierre a esta conversación de hoy, cuéntanos sobre el premio del Ministerio de Cultura.
Jaider Orsini: A título personal gané una de las becas de investigación curatorial sobre Arte y Naturaleza, en el marco del 46SNA. Mi proyecto se llama La Línea Negra, que para mí es la que fundamenta la relación entre el arte y la naturaleza y la vida misma en el Caribe. Esa cosmovisión que construyeron las comunidades indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta alrededor de su territorio para salvaguardar prácticas ancestrales, espacios naturales y sagrados, crea una intersección para pensar la relación entre el hombre y lo natural, como una herramienta sociopolítica. La Línea Negra atraviesa extensivamente lo territorial, lo corporal, el pensamiento, la naturaleza de los artistas del Caribe y estos artistas construyen una red bio-creativa que los lleva a desarrollar tratados de resiliencia en barrios, en acuíferos, en ciénagas, en donde accionan prácticas de pensamiento sobre el equilibrio natural y bio-cultural en el Caribe. Me interesa reivindicar ese espacio de la Línea Negra y hablar de lo que nos atraviesa y da sentido a nuestra identidad cultura.
CDM: Esperamos conocer los resultados de la investigación en cuanto los tengas y aprovechamos para felicitarte por haber sido ganador del estímulo.
* Comunicadora Social y periodista. Guionista de tv y escritora.
1 Museo Zenú de Arte Contemporáneo.