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Centro de Divulgación y Medios
Notas de Prensa

EL ACTO HUMANO DE COMUNICARNOS, LA AVENTURA VITAL DE JESÚS MARTÍN-BARBERO.

Por: María José Posada Venegas*

La comunicación es la cara oculta de la cultura, lo que moviliza a los seres humanos. Jesús Martín-Barbero.

Universidad EAFIT Colombia - Universidad y agendas de país ¿qué universidad, qué retos, qué país?, CC BY-SA 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=58368784 Intervención por María José Posada.

El 12 de junio de 2021, perdimos a un guía indiscutible de la comunicación, la educación y la cultura, presente en la vida de profesionales colombianos de muy diversas procedencias y disciplinas. El profesor hispano colombiano Jesús Martín-Barbero, doctor en filosofía del Instituto de Filosofía de Lovaina, Bélgica; doctor honoris causa de la Universidad Javeriana de Bogotá y de la Universidad de Rosario (Argentina); fundador de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle, Cali, y su director entre 1975 y 1995; docente de otras prestigiosas universidades iberoamericanas y europeas; colombiano desde 2003 y escritor.

El Centro de Divulgación y Medios de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia se une al duelo académico nacional por el fallecimiento del maestro y envía condolencias a su familia y amigos, y especialmente a sus compañeros docentes y a quienes fueran sus alumnos de la Universidad del Valle.

Entrevistamos a la profesora Giovanna Carvajal Barrios1 , delegada por la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle para hablarnos sobre el maestro Martín-Barbero y su legado.

CDM: ¿En qué circunstancias conoció usted a Jesús Martín-Barbero?

Giovanna Carvajal Barrios: Fui su alumna en el pregrado de Ciencias de la Comunicación Social de la Universidad del Valle, en el curso de Estética, en 1988.

A medida que crecían la participación y la presencia de Jesús a lo largo y ancho del país y del continente, él se fue dedicando a su trabajo, a la producción del libro “De los medios a las mediaciones”. Eso hizo que su presencia en el pregrado se restringiera un poco, comparada con las primeras décadas. Quienes estuvieron en la primera, segunda o tercera promoción lo tenían todos los semestres como profesor. En mi caso fue sólo un curso, que esperábamos con la mayor ilusión porque queríamos entrar en contacto con él. Luego fui su alumna en la maestría de Comunicación y diseño cultural, entre 1994 – 1996, que él ayudó a gestar. En ese momento tuve el privilegio de tenerlo como profesor cuatro semestres seguidos, pues él tenía a cargo uno de los seminarios centrales de la maestría. Para entonces yo ya era profesora de la Escuela y asistía a las reuniones en las que estaba él, como uno más de nosotros.

CDM: En el capítulo de entrada del libro que amablemente nos referenció en charla previa, “Relatos de un viajero. Un diálogo con Jesús Martín-Barbero “, de los editores Jorge Huergo – Kevin Morawicki2, hay una cronología hecha por el mismo profesor Jesús Martín-Barbero. En ella vemos que estuvo en Colombia en 1963, dictando cursos de filosofía en diversas universidades y regresó 10 años más tarde para trabajar como docente en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Luego en 1975 se trasladó a Cali para abrir el Departamento de Ciencias de la Comunicación de la Universidad del Valle, que “marcará una abierta ruptura con las tradicionales carreras de periodismo al proyectar el estudio de la comunicación más allá de los oficios profesionales e inscribir en las Ciencias Sociales el análisis de los procesos, los medios y las prácticas de comunicación”, según aparece en esa cronología. Estas tesis se verán publicadas en 1987 en su gran obra “De los medios a las mediaciones”. ¿Por qué esta obra terminó por convertirse como una suerte de biblia de los estudiantes de comunicación y comunicadores, entre otros?

Giovanna Carvajal Barrios: De los medios a las mediaciones es un texto de lectura obligada para quienes se forman en Comunicación Social. La obra constituye un hito por varias razones, entre las que se encuentran: que se pregunta, ya no por los efectos de los medios en el público que los consume, ya no por las lógicas económicas desde las que funcionan las empresas de medios, ya no desde un concepto de Cultura, con mayúscula, de la cultura ilustrada, que opone los bienes simbólicos a los que se les dota de un estatus, de aquellos que son considerados subproductos, y ya no desde una concepción romántica y esencialista de la identidad cultural.

En su lugar, se pregunta por lo que la gente hace con los medios, es decir mira la comunicación desde la recepción. En ese sentido el concepto de mediaciones, de pasar de pensar en los medios para pasar a pensar en las mediaciones, permite entender que es dentro del entramado de relaciones sociales: las vivencias de los sujetos, las relaciones familiares, vecinales, el contexto en el que vivimos, que se producen unas ciertas formas de relación con los productos promovidos los medios de comunicación. Entonces el tradicional esquema emisor – mensaje – medio – receptor, no permite, según nos damos cuenta en la lectura del libro, entender todo lo sucede en un proceso de comunicación humana y social. Es necesario ir más allá del espacio – tiempo de los medios de comunicación, del momento mismo de la recepción, a los espacios donde la gente vive y habla de los medios. Salirse de las aulas, del salón de conferencias, del escritorio y ver qué pasa en los centros comerciales, los parques, las plazas de mercado, las fiestas juveniles, los cultos religiosos.

Ese es un primer punto. En segundo lugar, es un libro que permite entender a partir de la historia cultural diversos circuitos en los que se desarrollan procesos de comunicación y de construcción de las identidades, es un ir de reconocer los matrices culturales antiguas hasta los actuales entornos de interacción social y comunicativa. En ese sentido, pienso que constituye uno de los aportes, el interés por conocer las culturas populares y cómo desde sus distintas lógicas y modos de ver nos podemos aproximar a los usos de los medios y de los bienes simbólicos en general: la prensa escrita, los noticieros, las telenovelas, las canciones que se escuchan en emisoras, las películas que ven en el cine, la moda, pero pensando más en los procesos de recepción, en los entramados de mediación cultural, y a partir de ahí entender la comunicación como un proceso mucho más complejo.

Tomada de https://www.facebook.com/catedra.jesusmartinbarbero/photos https://www.facebook.com/photo.php?fbid=361300257395013&set=pb.100005451246114.-2207520000..&type=3

CDM: Había una biblia anterior que fue “El Medio es el Mensaje” de Marshall McLuhan ¿hay una ruptura con los planteamientos de McLuhan a partir de la obra de Martín-Barbero?

Giovanna Carvajal Barrios: Lo que me parece más valioso de la obra de Jesús es que él, hasta donde yo conozco su trabajo, nunca niega los otros preceptos teóricos, sino que los problematiza. No los desconoce, no los desplaza, no los quita de su lugar, sino que los repiensa. Así que con respecto a la obra de McLuhan, Jesús Martín-Barbero nos invita a pensar qué representan los medios, insertos en un contexto y en una dinámica sociocultural, en ese aspecto constitutivo de lo tecnológico, para las personas que los usan. No desconoce que el medio tiene una presencia o una forma de hacer presencia que lo constituye, su forma, pues no es lo mismo lo impreso que lo digital, la cultura oral que la cultura escrita, pero, entendiendo que hay un condicionamiento dado por lo tecnológico, propone mirar a los medios en el contexto de los usos.

CDM: Del maestro se han dicho muchas cosas, a lo largo de su vida y ahora con su muerte ¿Qué vale la pena destacar? ¿Qué no se ha dicho?

Giovanna Carvajal Barrios: Sería muy pretencioso de mi parte determinar qué no se ha dicho. Puedo mencionar lo que tuve la oportunidad de conocer tanto en mi relación directa como a través de su obra y que seguramente se ha mencionado en los distintos espacios donde se le ha rendido homenaje: su sencillez, que contrasta con la importancia de su obra y de sus aportes; su valoración del otro: trátese de alumnos de pregrado o de posgrado, colegas mayores o jóvenes, académicos reconocidos o asistentes a sus innumerables charlas y conferencias. Su generosidad sin límites que lo llevaba no solo a prestar sus propios materiales de lectura, como a dedicar tiempo de escucha a proyectos, ideas, propuestas, preguntas, sin demeritar ninguna. Incluso cuando no tenía que decir, se detenía a escuchar para poder aportar algo.

Su lucidez para formularse preguntas, para cambiar el lugar desde donde se formulan las preguntas y aventurarse a responderlas rompiendo los razonamientos dicotómicos y cuestionando la división entre las disciplinas. Lucidez que se expresa también en la posibilidad que tiene su obra de entender lo que pasa hoy en nuestro país.

La vehemencia con la que cuestionaba las políticas del estado, las acciones de los funcionarios o de los políticos, el anquilosamiento de entidades relacionadas con la educación y la cultura, por mencionar sólo algunos ejemplos. Así como valoraba a todos, era capaz de decir a quien fuera, lo que tuviera que decir, con discusiones fuertes, pero sin pelea, sino con debate y nunca llevando la discusión al plano de lo personal.

Su capacidad para llegar a quienes tuvimos la fortuna de escucharlo en sus clases y seminarios, y que nos dotaba de herramientas para aproximarnos a su obra escrita cuya lectura reviste una enorme complejidad. Si bien en su presencialidad hacía gala de su oralidad, que atrapaba, en su escritura era metódico y denso, lo cual obliga a una total concentración y acudir a recursos propios para construir una imagen mental de lo leído. Parte del reto que nos queda a los profesores de las futuras generaciones es hacer amigables esas lecturas, preparar, hacer un trabajo de propedéutica para leer a Jesús, porque él no es fácil.

Su capacidad de juntar a personas de distintas geografías, contextos, saberes, para trabajar juntos, para construir conocimiento -lo que sabemos, lo sabemos entre todos-”, decía.

Ministerio de Cultura de Brasil - Gilberto Gil y Jesús Martin-Barbero, CC BY-SA 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=3716876

CDM: ¿Cuáles son los grandes cambios en la enseñanza y práctica de la comunicación social, que se dieron por la presencia del maestro en la escena universitaria?

Giovanna Carvajal Barrios: El primer cambio se expresó en la necesidad de pensar en un programa académico de Comunicación Social y no de Periodismo. Que permitiera, primero, pensar no sólo los procesos de producción de información periodística, campo al que llegaban de manera empírica profesionales de áreas como el derecho, la economía, la literatura, sino procesos de la comunicación que era necesario entender desde su dimensión antropológica, sociológica, filosófica, estética. Segundo, reconocer el papel crucial que juega el arte, en sus distintas manifestaciones, en los procesos de la comunicación y la educación. Tercero, proporcionar una formación teórica – conceptual desde la cual aprender a usar las herramientas tecnológicas. Eso es algo que los egresados y egresadas de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle tenemos como impronta, no es aprender a manejar el artefacto, la cámara fotográfica, un programa de computador, lo que sea, sino saber para qué queremos usar eso, qué buscamos con eso y de ahí la necesidad de contar con un soporte analítico. A mí me tocó un programa que era una dupla, talleres de análisis y de producción, y aún hoy hay una integración de los aspectos de análisis conceptual que soportan lo relacionado con el manejo de la tecnología. Nosotros aprendemos lenguajes, desde la formulación de una pregunta, para saber qué productos responderían a ese problema que nos planteamos.

Cuarto, pensar las relaciones entre los procesos de comunicación y los procesos educativos. Clave en ello el cuestionamiento, que siempre hizo Jesús, al uso instrumental de los medios y tecnologías de la información y la comunicación, ese que pretende solucionar “problemas” a partir del uso de los dispositivos, sin pensar en el entramado de relaciones sociales en las cuales se inserta dicho uso. Quinto, la importancia de pensar en las nuevas formas de sociabilidad, las formas en que se junta la gente ¿por qué la gente se junta con otros? ¿para qué? ¿en qué espacios? Y sexto, la importancia de pensar la comunicación como espacio de transformación con el otro y no del otro.

CDM: ¿A qué otros sectores crees que ha impactado la opinión, investigación y crítica del maestro y de qué manera?

Giovanna Carvajal Barrios: A quien durante los últimos 50 años haya estado interesado en comprender los fenómenos de Colombia y de los demás países latinoamericanos: estudiosos de las ciencias sociales, la educación, las artes, la cultura en general y la gestión cultural. Un tema clave de lo que trabajamos con Jesús en la Maestría fue esa pregunta por lo que es gestionable y no es gestionable en la cultura, partiendo de que toda forma o toda construcción colectiva del sentido de la vida conduce a lo cultural, no todo puede ser sujeto de gestión cultural. Eso hace parte del legado de él.

También fue importante por su actitud frente al conocimiento, de permanente búsqueda; por su apuesta por los sectores vulnerables y marginados; por su creencia en la posibilidad de un cambio social a partir sobre todo desde la acción, desde el hacer, que es lo importante de trabajar en comunicación, porque la comunicación es un hacer, y esa invitación permanente de él en sus espacios académicos a la formación de la comunicadora y el comunicador social con la pregunta ¿qué es lo que te propones en ese hacer? ¿cuáles son tus apuestas en ese hacer? ¿reproducir, hacer tareas mecánicas, instrumentales, o pensarte desde qué lugar estás llevando a cabo tu acción con los otros y no para los otros?

CDM: ¿Qué cree que podría haber pensado Jesús Martín-Barbero respecto a las manifestaciones juveniles que se han venido presentando?

Giovanna Carvajal Barrios: Seguramente algo manifestó en su círculo más íntimo y más cercano, no me cabe la menor duda. Pero lo que yo sí tengo muy presente es que los jóvenes en la obra de Jesús siempre estuvieron presentes. Él tenía una confianza en que era en la juventud en donde se podían llevar a cabo los cambios. Recuerdo esta referencia particular, a la que me lleva tu pregunta, de alguna manera, y es que él decía que le encantaba el rap, porque era una manera que tenían los sujetos de participar de la producción musical sin tener que reunir todos los requisitos que tiene que reunir un músico. Un músico tiene que ser afinado, pero en el rap eso no es tan importante como el ritmo y el texto del rapeo. Eso nos muestra que él intentaba siempre entender qué estaban pensando ellos, no en lo que nosotros quisiéramos para ellos, o lo que nos imaginamos que ellos piensan, sino tratar de colocarse en su lugar. Creo que habría tenido muchas cosas que decir en estos momentos.

CDM: ¿Conoces la colección especial de la Escuela de Comunicación que se formó con la donación de los libros de la biblioteca del maestro? En caso de que sí ¿qué puede uno hallar en esa colección?

Giovanna Carvajal Barrios: La donación de la biblioteca fue iniciativa de los hijos de Jesús. No sé si en algún momento él habrá expresado su voluntad respecto a eso. Pero lo que sí sé es que Alejandro Martín, entró en contacto con la Escuela y manifestó el interés de que la biblioteca personal de Jesús quedara en la Universidad del Valle. Lo que hemos hecho es la gestión para que sea la biblioteca central de la Universidad, en la Sede Meléndez, que ya recibió los libros, la que los catalogue con la participación de un profesor o profesora de la Escuela. Se espera que la presencia de esos libros como Colección Especial de la biblioteca esté articulada a otras actividades académicas, como conversatorios, foros, eventos de diferente orden que a su vez están articulados con la Cátedra Jesús Martín-Barbero, que se inició en 2012 y de la cual él hizo parte, y con la Escuela de Comunicación Social. Próximamente podremos saber de qué obras está compuesta la biblioteca y de participar en las actividades académicas que de allí se deriven.

Tomado de https://www.facebook.com/univalle.fai/photos/a.907204179335089/907204762668364

Para la celebración, en 2015, de los 70 años de la fundación de la Universidad del Valle y los 40 años de la creación del Departamento de Comunicación Social, ahora Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle, los egresados de la Escuela agradecieron a Jesús Martín-Barbero su liderazgo, la singularidad del enfoque pedagógico, epistemológico y conceptual que imprimió a la Escuela, su gestión intelectual y docente, con una emotiva carta, de la cual tomamos prestado este fragmento como cierre de este homenaje:


INMENSA GRATITUD AL MAESTRO JESÚS MARTÍN BARBERO

“(…) Los egresados de la Escuela de Comunicación Social somos orgullosamente “Hechos en Univalle”, de la mano sabia de su gestión intelectual y docente, y al abrigo de la riqueza académica, cultural y humana de nuestra Universidad.

Al agradecerle a usted lo hacemos también a nuestras/os profesoras/es, muchas/os de ellas/os fueron alumnas/os suyos y conservan, desarrollan y multiplican la orientación crítica, humanista, civilista, rigurosa y comprometida con la sociedad que usted marcó en sus estudiantes.

Maestro, larga vida y bendiciones para usted. Lo queremos, admiramos y valoramos mucho.

Octubre 16 de 2015


* Comunicadora Social y Periodista. Guionista de tv y escritora.

1. Comunicadora Social. Licenciada en Música. Maestra en Comunicación y Diseño Cultural. Doctora en Educación. Docente de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle, Cali, Valle del Cauca, Colombia.

2. Disponible en https://catedracomeduc.files.wordpress.com/2018/04/el-escalofrio.pdf