
LOS SUPERPODERES DE LA CARICATURA
Por: María José Posada Venegas*
La caricatura tiene el poder de sintetizar en una imagen, con texto o sin él, la posición del dibujante sobre los temas de actualidad. También es una potente herramienta para provocar reacciones y reflexiones; para evocar el pasado o para contextualizar hechos históricos que parecen repetirse en el presente; puede motivar, enseñar y conmover. El poder de la caricatura subyace en los ingredientes que combina cada autor en su receta, de los cuales uno es común a todos: el humor.

Cortesía de Rincón
Las caricaturas hacen parte de nuestra cotidianidad, la mayor parte de los diarios y revistas de opinión del país cuentan, desde sus inicios, con un caricaturista. Con el auge de las redes sociales, por ellas circulan cientos de caricaturas que se hacen virales, la caricatura vive y habita en todos estos espacios. Pero la caricatura no es únicamente una ilustración de un hecho, es un momento de la historia narrado en una imagen.
Varios eventos nacionales de este año y del año pasado nos motivan a hablar de nuevo sobre el poder de la caricatura, entre ellos:
Agosto de 2020, el lanzamiento del Concurso Noticartún Colombia 2020 creado por Triana y Jucalo, en su 6ª edición1, con un homenaje a Calarcá y el abordaje del tema de la Pandemia y el 27º Festival Internacional Calicomix 20202, Humor Vs. Coronavirus
Octubre del 2020, la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, en el marco de la conmemoración de los 45 años de la Facultad, inauguró el Primer Salón Mundial de Humor Gráfico – Cartünal-, con un concurso de caricaturas sobre el tema de la paz. La premiación del concurso se llevó a cabo el 12 de abril del 2021.
Noviembre de 2020, se cierran inscripciones para participar en el 27º Festival Internacional de Caricatura Ricardo Rendón, también con temáticas pandémicas.
Marzo de 2021. La exposición virtual Caricaturas para no olvidar3, que permanece “colgada” en el portal virtual artsteps. Ideada y montada por el maestro Arles Herrera (Calarcá)4, en estrecha colaboración con Leonardo Arias (Don Fingo /Don Barbarias), la exhibición cuenta con más de cincuenta artistas y casi 100 caricaturas. Agrupa obras alrededor del tema de los 6402 falsos positivos.

Algunos egresados y conocidos de la Universidad Nacional de Colombia participaron de una u otra manera en los eventos: León5 fue jurado en el Concurso Noticartún y obtuvo el 4º lugar en el Concurso Cartünal; Zuleta6 obtuvo el 2º lugar en Calicomix y mención en el Ricardo Rendón; Zuleta, León, Pinto7 y Leo8 expusieron en Caricaturas para no olvidar.
No son una novedad ni una rareza los eventos sobre caricatura, la rareza está más bien en la supervivencia de los caricaturistas, por ello, el Centro de Divulgación y Medios –CDM- de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia conversó con Bernardo Rincón Martínez (Rincón)9, con Helman Salazar Rivera (Roque)10 y con Edgar Humberto Álvarez (Alter Eddie)11, sobre los múltiples poderes de la caricatura y de los caricaturistas.
CDM: Bernardo ¿La caricatura tiene, como otros géneros, algunos subgéneros?

Cortesía de Rincón
Bernardo Rincón Martínez: Hay que hacer cuatro diferenciaciones, la primera es la caricatura como tal, lo segundo es la caricatura política o de opinión, la tercera el humor gráfico y, por último, la historieta. Son muy diferentes, aunque estén relacionados.
La primera es cuando uno dibuja a un personaje caricaturizándolo. Surge a finales del siglo XIX, cuando se masifico la prensa diaria en Francia; los caricaturistas de la Comuna descubrieron que podían caricaturizar a sus políticos para criticarlos y atacarlos. La palabra caricatura viene del italiano caricare, que significa cargar, exagerar.
La caricatura editorial es la que aparece en el periódico todos los días, ahí están Matador, Vladdo, Nadim, Don Fingo, Calarcá, etc. y la mayoría de los dibujantes de caricatura en Colombia.
Otra caricatura es la del humor gráfico, que trata sobre el ser humano. Como las de Quino que veíamos todos los domingos en las Lecturas Dominicales de El Tiempo, ese Quino que critica al hombre al ser cotidiano.
Edgar Humberto Álvarez:Yo no me considero caricaturista. Tengo un conflicto con la caricatura, porque me fascina la pedagogía y me parece que la caricatura es mordaz y tiene una postura muy clara y directa sobre algo, a Matador no lo sigue la derecha, por ejemplo, porque les da palo. Pero cuando tú piensas las cosas desde la memoria y la enseñanza, es muy complicado hacer, por ejemplo, una vaina sobre cierto personaje muy polémico -que me dan ganas de hacerlo-, porque te vas a echar a mucha gente encima, a gente que a mí me interesa llegarle con otro tipo de mensajes que me parecen más importantes, como por ejemplo una campaña que estamos haciendo contra el machismo. Con la caricatura me iría por otro lado. Además, me aburre que me estén insultando, yo le decía a Matador, -yo no sé usted cómo diablos hace para aguantarse tanto insulto- uno no debe dejarse afectar, pero a mí me afecta cuando la gente es muy pasada.

Cortesía de Alter Eddie
CDM: ¿Hay alguna definición para tu arte?
Edgar Humberto Álvarez: A mí me fascina hacer lo que se me ocurra. Entonces puede ser ilustrador, caricaturista, animador, director, me fascina la fotografía, por ejemplo, como en una campaña que hice sobre los perros y le llego a hijuemil cantidades de personas y entonces tú dices - ¿y aquí qué diablos soy? – sería más fotógrafo, pero a la vez estoy haciendo muñecos en plastilina, que igual me fascina, yo me defino como alguien a quien le gusta hacer muñecos en plastilina.
Yo me defino como artista en ciertos proyectos. En otros puedo ser más un comunicador, un diseñador, no tengo que estar haciendo arte todo el tiempo, lo que hice con Los Invisibles es una obra de arte, otra cosa es una caricatura que sale el día que es y en otros proyectos puedo ser un buen ilustrador. Mi primer trabajo fue como mensajero y yo me defino más como mensajero, esa definición me gusta.

Los Invisibles. Cortesía de Alter Eddie. https://vimeo.com/133811945
Helman Salazar Rivera: En el seno de la caricatura existe la posibilidad del consejo; Walter Benjamin dice que hay una crisis de la experiencia y entonces la capacidad de aconsejar está venida a menos, está desacreditada. Alude al arte superficial, a la literatura de la evasión y a que la gente no está presta a que alguien le diga qué hacer o cómo pensar, que hay una incapacidad de sensibilizar. Hay quienes dicen que el arte debe ser una terapia, debe servir para aliviar los conflictos y otros dicen que no, que el arte es para que la gente se complique la vida, se angustie, se estrese y se sienta en la obligación de replantear su condición humana. Ahí está también la discusión de si el entretenimiento construye cultura o no, pero en el fondo es inevitable que a través de una caricatura se desarrolle una labor de formación de públicos.

Cortesía de Roque
CDM: Ahora que los periódicos nacionales impresos tienen escasa circulación, que parecen estar muriendo poco a poco por falta de suscriptores, y que no se conservan en los hogares, como antes que se guardaban apartes como las Lecturas Dominicales, el Siglorama, El Magazín Dominical, las historietas y caricaturas diarias, estas últimas parecen haber encontrado un nicho en las redes sociales y los medios virtuales, lo que posibilita verlas, una y otra vez, circularlas, hacerlas virales ¿es una ganancia, en términos de lectores, para los caricaturistas?
Bernardo Rincón Martínez: La caricatura editorial histórica tiene un gran problema. Lo que yo dibujo hoy, porque es noticia, mañana ya nadie lo comprende. Entonces se puede estar ganando en la parte gráfica porque muchos más lectores la están viendo y en la artística por el valor del color, la línea, el dibujo, la trama, pero pierde en contenido, porque la caricatura tiene que ir acompañando al periódico para que éste la contextualice. Si aparece sola y suelta no es comprensible. La caricatura editorial es parte de un espacio, un tiempo y su lugar y momento es la prensa impresa o digital.
Helman Salazar Rivera: El humor gráfico reclama la capacidad de decodificar lo que está proponiendo el autor. En ámbitos internacionales uno puede verificar que el humor que se hace en Colombia no se entiende en China, no se entiende en Europa del Este, no se entiende en África. Tanto el humor gráfico como la caricatura editorial requieren del lector, del observador, una información que les permita interpretar lo que ven. ¿La caricatura de actualidad pierde vigencia?, eso puede ser discutible porque si uno mira la caricatura de Rendón o de Gaitán o de Pepe Mexía a principios del siglo XX, el hecho de volver sobre ella con la información adecuada, que es lo que hacen los críticos, vale decir como Beatriz González o Medina o Marta Segura, es sencillamente brindarle al lector la capacidad para entender los contextos y en ese sentido puede mantener su vigencia y curiosamente uno podría encontrar que las situaciones se repiten, que lo que pasaba a principios del siglo XX aún pasa, en la medida en que la sociedad sigue siendo excluyente e intolerante, como la sociedad señorial del siglo XIX. Entonces uno mira algunas caricaturas y dice no ha pasado el tiempo o estamos condenados a repetir la historia. Las caricaturas de actualidad son un registro, una evidencia de hechos que son relevantes para la memoria.
Edgar Humberto Álvarez: A mí lo que me ha gustado mucho, trabajando el tema de la memoria, es siempre recordarle a la gente, ser un puente, decirle –acérquese, lea este artículo que vale la pena-, pero hay que llegar de muchas formas. Hay que llegarle a la gente del común y eso es algo muy chévere de las redes sociales, pero implica también pensar en una memoria que no puede ser selectiva y ahí viene lo complejo. A mí me sigue gente de izquierda, de derecha, de centro, de arriba, de abajo, de todo lado y venga, las contradicciones son importantes, uno alguna vez está hablando sobre secuestro y lo tenaz que fue para todos los policías que vivieron el secuestro, como puede estar hablando del origen de las FARC. Yo he hecho cantidades de imágenes relacionadas con el tema, y es un constante aprendizaje, sin ser un experto en historia, lo de ser puente hacia estos temas.

Cortesía de Alter Eddie
CDM: ¿Pero si uno quiere hacer una investigación sobre un tema, por ejemplo, el de los 6402 falsos positivos, y me encuentro con la exposición virtual que organizaron Calarcá y Don Fingo ¿esa suma de caricaturas puede contarme esa historia?
Bernardo Rincón Martínez: Un caricaturista no tiene que estar casado con un movimiento político, es un crítico de la sociedad, pero el espectador necesita el contexto del momento histórico. La caricatura política es parte de la historia, pero no es duradera, no se conserva como un texto histórico. Una persona menor 40 años ya no entendería una exposición de caricaturas sobre la dictadura de Rojas Pinilla, no reconocería a los personajes, porque la historia dejó de dictarse en los colegios y escuelas de Colombia durante varios años, primero y segundo porque la historia siempre fue acomodada y reescrita.
Helman Salazar Rivera: Toda producción simbólica, de algún modo, requiere de un aprestamiento. Una persona que se para frente a un cuadro de Braque, de Picasso, si no tiene una cultura previa puede pensar que son un poco de manchas, que lo puede hacer cualquiera. Sucede con todas las obras. Es lógico pensar que, si ha transcurrido el tiempo y no tenemos un contexto o una explicación, uno no la entienda. El papel de la academia, de la crítica, de los investigadores es socializar elementos para que la obra mantenga su valor, su capacidad de interpelación y su sentido. Eso quiere decir que es necesaria una constante formación de una opinión pública crítica, que no se da silvestre.
Edgar Humberto Álvarez: La caricatura es entendible. Yo he tenido oportunidad de trabajar con organizaciones de todo tipo, que tienen que ver, por ejemplo, con el proceso de paz, y es muy curioso porque la crítica es que la gente no lo entiende, se necesita mucha pedagogía y en eso la caricatura, al ser muy directa, muy sencilla, en un lenguaje que la gente entiende, hace que la gente reflexione.
Bernardo Rincón Martínez: El humor gráfico no está amarrado a un hecho histórico; está amarrado al hombre en general, como Fontanarrosa, que toca temas universales. El humor gráfico es crítico, el humor político es denuncia.
Edgar Humberto Álvarez: Yo sigo a muchos caricaturistas, me gusta por ejemplo Bacteria, que es súper mordaz y hace unas vainas tenaces, me gustaría hacer cosas así. El éxito de un caricaturista como Matador justamente radica en la sencillez, no en la simpleza. Es cómo concretar una cosa que está pasando en un mensaje centrado en una imagen, que es absolutamente clara, a diferencia de lo que puede pasar con un artículo.

Cortesía de Roque
CDM: Si en el siglo XXII una persona quisiera contar el pasado ¿podría hacerlo sumando caricaturas?
Edgar Humberto Álvarez: Yo creo que sí, es que hay muy buen material y con muchas posturas. En mi proyecto sobre memoria histórica algo que me ha servido muchísimo ha sido cómo los caricaturistas han visto la historia. Tú ves a los que vivieron el 9 de abril, la masacre de las bananeras, y dices esto es una condensación de los hechos.
Helman Salazar Rivera:El humor gráfico no es opaco. La virtud del arte y de la caricatura es proponer lecturas y si es capaz de seducir y decirle algo a alguien mejor aún. La tarea para el artista es apercibirse de que su relación con el público le obliga a pensar en la formación de ese lector, en elevar su nivel. La inteligencia se construye, la inteligencia es una mente informada también.
Edgar Humberto Álvarez: El cuento de la historia es que es muy selectiva, ¿por qué no hablar de un celador que mataron por defender una casa?, ¿de un líder campesino?, estamos acostumbrados a una historia muy clásica, la de Bolívar, pero no se cuenta la del soldado, la del policía que murió en el asalto al Palacio de Justicia, que son historias importantes, la del señor que en medio de ese conflicto sigue alimentando a las palomas en la Plaza de Bolívar; a mí me ha tocado conocer mucha gente en este mundo que está haciendo cosas y me gusta contar su historia como sea, con fotografía, con animación, con caricatura, con escritos, lo que además hace el trabajo entretenido y además lo hace menos trabajo.
Helman Salazar Rivera: De algún modo la historia de la caricatura también es una construcción histórica, es decir que se hace desde determinado ángulo, y entonces sucede que, en Colombia, donde la prensa ha estado en manos de los grupos económicos o de pocas familias, lo que trasciende en las páginas de El Tiempo, de El Espectador o de Caracol, es lo que califica ante la opinión pública, y lo que no entra en ese marco queda fuera del mapa. Entonces la prensa que no es oficialista, la prensa más fluctuante, menos periódica y menos regular, es como mal vista por el establecimiento. Porque ahí hay otra reflexión, ¿por qué algunos caricaturistas si califican, por ejemplo, en Semana? Entonces es que, si un caricaturista enlaza dentro de un discurso y dentro de una narrativa, cabe y si no, no.

Cortesía de Roque
CDM: Muchos caricaturistas reconocidos de hoy pasaron por la Universidad Nacional, incluidos ustedes tres ¿cuál dirían que es la semilla que ha dado esos frutos?
Bernardo Rincón Martínez: El humor se impulsó mucho en la Universidad Nacional, ya había precedentes, como cuando yo llegué a la Universidad Nacional de Colombia con la idea de hacer comics, de hacer historietas, pero eso no se enseñaba. El profesor David Consuegra me dijo –hay un muchacho como sumercé al que le llama la atención eso, hace caricaturas-, y me presentó a Jorge Grosso. Él hacía caricatura política y en algún momento se ganó un concurso en Brasil lo que le abrió las puertas de El Tiempo, empresa noticiosa que tenía un modelo de caricaturista de planta, como Chapete, como Merino o Carrizosa, y con Grosso y los jóvenes que llegaron creo el modelo de caricatura por encargo, eliminado varios cargos en la redacción.
Grosso había tomado una clase con el cineasta Carlos Álvarez, que dictaba Comunicación Visual en Diseño Gráfico y entre sus temas estaban la historieta y la caricatura de humor. En una de las clases le dio por hacer dibujos y una de las estudiantes, que era Cecilia Cáceres (Ceci), dijo –aquí hay taller de tipografía, de fotografía, ¿por qué no hacemos un taller de humor? - y así surgió la idea, el nombre para hacer un grupo que se llamó el Taller del Humor. La idea era promover el humor ¿cómo? Haciendo muchos dibujos y buscando espacios para exponer, haciendo un fanzine, un pasquín que llamamos El Humorun, buscamos humoristas, dibujantes que estuvieran interesados, colocamos avisos a la entrada de las facultades y aparecieron: creadores como Jarape que era de química y que hace un año se jubiló de Medicina Legal; Germán Fernández, que se salió de diseño y se pasó para Ingeniería; Yayo y Roldán que comenzaban en Diseño Gráfico, Linares y Posada que estaba en artes, entre otros. Fue el movimiento que impulsó el humor gráfico desde las aulas a la prensa nacional.

Cortesía de Rincón
Bernardo Rincón Martínez: La casa de mi familia se volvió un taller, teníamos las mesas de dibujo de mi hermano y la mía, llegaban dibujantes, mi mamá les daba de comer, mandábamos dibujos a todos los concursos internacionales por correo, eso fue parte del famoso Taller de Humor.
El Taller del Humor y luego el Cartel del Humor intentaron ser gremios, pero éramos muy chiquitos, éramos muy egoístas y muy envidiosos de la fama de los demás. El ego es el problema gigante de los creadores.
Helman Salazar Rivera: Lo sucedido en la Universidad el 16 de mayo de 198412, para un provinciano como yo que llegaba a un entorno revuelto, conflictivo, me hizo encontrar que tenía la capacidad de dibujar. Mi mayoría de edad está ligada a la Universidad Nacional y después al encuentro con la Escuela Nacional de Caricatura, que es una institución donde alguien, algunos, muchos, se plantearon – bueno, y ¿qué de la caricatura?, ¿es posible enseñarla o no?, ¿es relevante?, ¿alguien está dispuesto a pagar por eso?, ¿puede ser sistematizado?, ¿puede ser estructurado como programa? -, todas esas cosas están tras de la idea más bien descabellada de una escuela de caricatura. Yo llego y me involucro y con otras personas le damos un nuevo aliento, más aire, más alcance.
CDM: ¿Se vive de la caricatura?
Helman Salazar Rivera: Simplificar diciendo que no se vive de la caricatura o que sí se vive, deja de lado mucho de lo que hay que decir. No hay cama para tanta gente, porque los medios impresos aquí son muy restringidos. En México uno encuentra entre 10 y 15 periódicos nacionales y, aun así, hablando con colegas mexicanos, ha habido progresivamente, en los últimos años, mucha gente que se ha quedado sin trabajo, así que uno diría que el panorama no es bueno, lo mismo que con la historieta. En Francia, que es una de las mecas de la historieta, alrededor del 50% de los autores están viviendo por debajo de la línea de pobreza. Han llegado jóvenes talentosos de todo el mundo que los desplazan, porque como quieren trabajar lo hacen por la mitad o por un tercio de lo que le ofrecerían a un autor francés. ¿En qué medida un caricaturista es capaz de sintonizarse con un momento político y unas corrientes de opinión? Si un caricaturista es capaz de ubicarse ahí, tiene posibilidades. Son pocos los que viven exclusivamente de la caricatura, ni el mismo Vladdo, que es diseñador gráfico y tiene contratos, se cuentan con los dedos de una mano y sobra dedos, pero lo que es claro es que el espacio para la opinión gráfica se ha restringido cada día más.
Bernardo Rincón Martínez: Alguien me tiene que pagar por mi trabajo. Yo puedo hacer todas las caricaturas que quiera, pero ¿la comida?, ¿la renta?, ¿la salud?, entonces tengo que trabajar para un medio y eso cada día es más difícil. Ahora pagan por cada dibujo seleccionado, el caricaturista no tiene un contrato fijo, entonces uno tiene que vivir de otro oficio. Excepto algunos como Vladdo, que sabe cómo vivir y comer de su trabajo; Betto y Chócolo, tiene contrato de planta, Mico, el de Tola y Maruja trabajó con una empresa del estado; los que aún siguen con los periódicos como Osuna o Calarcá o que se jubilaron con esos medios. De resto ¿quién vive de los dibujitos? Los jóvenes de hoy en día no leen el periódico, las historietas de las ediciones dominicales desaparecieron, etc. Uno ahora tiene que buscar la caricatura editorial en las redes, pero ahí no le pagan a uno por publicarlas.
CDM: Las redes sociales han facilitado a los artistas la publicación de sus obras y de eventos alrededor de temáticas comunes. En Facebook, Instagram, Flickr, por mencionar algunas, se puede acceder a los muros en donde los caricaturistas nacionales cuelgan su obra al alcance de todos.
Helman Salazar Rivera: Las redes son un medio para poner a circular puntos de vista y hay mucha gente que opina en Facebook, en Instagram. Hay un riesgo ahí, que hemos hablado con algunos autores, y es el hecho de que cualquier persona parece que es caricaturista. Hay como una farándula de la caricatura, un arribismo, a veces esa sonoridad es engañosa. Indague en la opinión, en cómo ese alguien la ha cultivado y no hay nada. Hay un nivel de responsabilidad y un sentido ético en el opinar, el que le den a uno un espacio en un periódico es una responsabilidad, no se puede decir cualquier cosa porque sí. No es que el caricaturista tenga que desnaturalizarse y convertirse en sociólogo, pero sí debe haber una opinión fundada. En la obra de autor, indiscutiblemente hay una persona formada.
CDM: Los caricaturistas han obtenido premios importantes por su labor periodística, como es el caso de Chócolo, quien en 2019 ganó el premio Simón Bolívar a la caricatura de opinión; Turcios, ganador del 30th Biennal of the Umorismo, en Tolentino, Italia; Nadím, que en 2019 se hizo acreedor al premio de Periodismo Digital Kienyke, por mencionar apenas algunos13.
Blanco de críticas, amenazas, insultos, pero también agradecimientos, risas, admiración y respeto, los caricaturistas permanecen firmes entre nosotros y su arte perdura en la memoria y construye la historia en dos sentidos: la de registro de los hechos y la de la caricatura misma.

Cortesía de Rincón
1. concursonoticartun.blogspot.com/p/2020.html
3. www.artsteps.com/view/604e08ef4e6ef3708ab5cefe
4. www.facebook.com/arles.herrera.58
5. Luis Eduardo León (León), dibujante artístico de la Universidad Nacional de Colombia y diseñador gráfico del Sena. www.facebook.com/leoncartoon
6. Raúl Fernando Zuleta (Zuleta) artista plástico de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, caricaturista, profesor e historiador de arte. raulzuleta.art/zuleta/
7. Marco Pinto (Pinto), diseñador gráfico e ilustrador de la Universidad Nacional de Colombia.
8. Diseñador Gráfico y Magister en Artes Plásticas y Visuales de la Universidad nacional de Colombia. leosatira.blogspot.com/, www.facebook.com/LeoCaricaturista/
9. Diseñador gráfico, Maestro en Estudios Culturales y especialista en Diseño Multimedia de la Universidad Nacional de Colombia. Tecnólogo en publicidad de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Especialista en pedagogía de la Comunicación y Medios Interactivos de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Profesor asociado de tiempo completo de la Escuela de Diseño Gráfico de la misma universidad.
10. Maestro en filosofía, de la Universidad Javeriana. Caricaturista, historietista, Director de la Corporación Escuela Nacional de Caricatura. Filósofo de la Universidad Javeriana; estudios de arquitectura en la Universidad Nacional de Colombia; caricaturista (Roque). www.facebook.com/urraka.mandaka, www.facebook.com/EscuelaNacionalDeCaricatura
11. Artista plástico de la Universidad Nacional de Colombia, animador. Su obra está disponible en memoriasdeplastilina.blogspot.com/, www.instagram.com/seloexplicoconplastilina/ y www.flickr.com/photos/plastilinacreativa
12. El 16 de mayo de 1984, durante una manifestación estudiantil en la Universidad Nacional de Colombia en protesta por el asesinato en Cali del líder Jesús León, presidente entonces de la Cooperación Estudiantil, la fuerza pública detuvo a personas de la comunidad académica dentro y fuera del campus, se denunció que algunas de ellas fueron torturadas.
13. http://noticartuncolombia.blogspot.com/
* Comunicadora Social y periodista. Guionista de TV y escritora