
ASOCIACIONES DE ARTISTAS: UNIDOS PARA SER ESCUCHADOS
Por: María José Posada Venegas*
Las asociaciones deben abordar varios aspectos, el de la reivindicación de los derechos del artista y la garantía de su supervivencia, el de posibilitar el acceso democrático al arte de todos los ciudadanos y el de buscar el por qué se está en esas condiciones vulnerables y cuáles son las transformaciones necesarias para superarlas.
En tiempos convulsos para el arte, cuando los escenarios de exhibición se circunscriben a las pantallas de tabletas, celulares, computadores y televisores, cuando el contacto con el espectador es restringido por los azares de la pandemia; cuando los recortes en los recursos de la nación para el arte y la cultura son mayores; cuando las reformas tributarias pretenden gravar con impuestos a las industrias culturales y por ende afectar a los artistas, se hace necesario reflexionar si vale la pena ser una sola golondrina, o hacer verano asociándonos.
El Centro de Divulgación y Medios – CDM- de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia, entrevistó a artistas de algunas disciplinas y directores de agremiaciones, con el fin de conocer cómo ha sido su experiencia con las asociaciones.

Directores Audiovisuales. Sociedad colombiana de gestión.
CDM: ¿Cuáles fueron las razones que los llevaron a participar en la fundación de las asociaciones a las que pertenecen?
Carmen Teresa Saldarriaga:Estaba trabajando en Televideo, intermediario para RCN en la elaboración de libretos para unas series y cuando fui a firmar los contratos, estaba cediendo los derechos que eran para una serie de 5 capítulos de “Así es la vida” y el contrato cedía los de una telenovela, un musical, una película y hasta un libro. Como tenía necesidades económicas me tocó firmar, pero solo trabajé 4 meses y me retiré con la intención de que jamás me volvieran a explotar. Eso es una vil y vulgar explotación. Desde ese momento invité a los colegas y organizamos una asociación que era ACCA, en 1989; en 1992 nos volvimos Fedeimagen y en 2017 DASC, y empezamos a trabajar por el tema de derechos de autor y a trabajar en la CNTV por la televisión pública, que para mí es la psiquis del país.
Diego García Moreno: En 1999 junto a Ricardo Restrepo y Óscar Campo propusimos la fundación de ALADOS. Sentíamos que el documentalismo en América Latina crecía, que éramos muchos los quijotes en el asunto y que sería bueno formar una pandilla de cómplices para ayudarnos a lidiar las dificultades que a diario enfrentábamos. Políticas, financiación, producción, circulación, reflexión…

Unidad Nacional de Artistas.
Felipe Arango:1 LA UNA nace a partir de un problema coyuntural, principalmente planteado por el sector teatral, que era el cómo los artistas podrían tener acceso a las pensiones, en tanto que las leyes nacionales habían establecido que el dinero de la Estampilla Procultura era, supuestamente, para el fondo pensional de los artistas, pero los recursos estaban siendo desviados y gran parte de ellos no se sabía ni dónde estaba, ni quien la tenía, ni en qué se gastaba. Entonces el movimiento surge alrededor de ver cómo resolver ese problema y cómo se ponía al Gobierno y a las diferentes autoridades municipales y distritales a informar sobre el destino de los dineros del fondo, cosa que nunca se logró pues decidieron transformar eso en Colombia Adulto Mayor o en Beneficios Periódicos Económicos – BEPS -. Después dijimos -esto no es sólo un problema de los teatreros, es un problema que incluye a escritores, plásticos, músicos, bailarines, todos los sectores culturales que se ven afectados por el problema pensional.
Pero el problema no es únicamente el de las pensiones, sino el de la política cultural colombiana, la escandalosa falta de recursos del Ministerio de Cultura, que nunca le ha dedicado más del 0.16% del presupuesto nacional a la cultura y la total desprotección del sector. Entonces hace ya seis o siete años nos reunimos con unos 40 o 50 grupos de teatro, música, danza, literatos, y se forma la UNA, a la que, con el tiempo, a los dos años, se decide darle una estructura formal, con personería jurídica y junta directiva.
Yvonne Meyer:2 El año pasado, a raíz de la pandemia, y por el cerramiento total de las actividades, las empresas empezaron a comunicarse y a decirse – no podemos trabajar, ¿por qué no pedimos los permisos?, pero yo, como empresa sola, no tengo ninguna injerencia ni ningún poder para gestionar esos permisos ante el Gobierno, la Alcaldía, etc.,- . Entonces empezaron a reunirse por whatsapp y a decir –hagamos algo, tenemos que ponernos las pilas y unirnos porque nosotros solitos, todos sueltos, no tenemos el poder para ser interlocutores importantes -, así que una empresa llamó a la otra, y hablamos de empresas grandes, no pequeñas, de las más grandes del país en arquitectura interior y decidieron unirse 35 empresas que contrataron a una firma de asesoría y consultoría para estudiar cómo podría ser esa unión.
Durante unos ocho meses trabajaron en el proyecto y finalmente se conformaron con estatutos, código de ética y condiciones claras. Yo entré en febrero a gestionar la creación de la asociación y empezar con el funcionamiento. Aunque se desencadenó por la coyuntura de la pandemia, estas empresas venían sintiendo que hay un tema y es que la profesión no era relevante para la comunidad en muchos sentidos. Cuando los contrataban muchas veces les decían –ay, encímeme el diseño, usted me construye, pero me regala el diseño-, entonces la profesión del arquitecto de interior estaba desprestigiada de cierta forma, no estaba valorada y por eso hacía falta la unión, para tratar de ir estableciendo condiciones ante los clientes y en los concursos de arquitectura que piden miles de cosas y durante dos o tres meses las empresas trabajan sin recibir nada a cambio, sólo para presentar sus proyectos.
CDM: La trayectoria de los artistas ¿se ve reflejada no sólo en el reconocimiento en el medio sino también en pagos justos por el trabajo realizado?
Carmen Teresa Saldarriaga:3 En este momento, sí puedo hablar del justo pago porque no trabajamos en producciones donde el presupuesto no sea decente, toda vez que nosotros trabajamos básicamente televisión pública, que, como se sabe, nunca maneja los presupuestos de los canales privados. Hemos logrado un equilibrio, no para enriquecerse, pero sí para hacer productos de gran calidad.
Diego García Moreno:4 ¿El justo pago al documental en mis producciones en Colombia? No recuerdo que esas dos palabras hayan hecho un dúo dinámico que me hiciera sonreír ante el público o el espejo. El “pago”, cuando lo hubo, fue simbólico, casi siempre ridículo… en todas mis producciones tuve que invertir mi tiempo, obsesión y talento (si se considera que lo tengo) a sabiendas que la remuneración sería espiritual: la satisfacción de haber disfrutado, gozado a plenitud el ejercer un oficio que me apasiona, y sentir que de alguna forma era útil a un país que me desconcierta. Dicho lo anterior, no necesito profundizar en el término “justo”. No podría decir lo mismo de las producciones que realicé en Francia, país donde estudié y trabajé en el principio de mi carrera. Allí fui pagado justamente y hasta el momento recibo los derechos de autor que corresponden a mis creaciones.
Felipe Arango: Lo que hay es una concentración de la cultura, una homogeneización cultural mundial, la gente oye la misma música, ve las mismas películas, hay cifras concretas disponibles, y en la medida en que las expresiones culturales independientes están perdiendo terreno, están perdiendo audiencia, están perdiendo capacidad de producción, las grandes compañías están aumentando sus monopolios y su control sobre el espectro cultural mundial. Las expresiones menores no desaparecen, pero su importancia e influencia se hace menor. Por ejemplo, el muchacho que compone una canción y la sube a redes tiene una audiencia mínima, que eso trascienda al mundo comercial y a la gran circulación es prácticamente imposible.
Mucha gente del arte y la cultura está muy golpeada, está en la física miseria y las respuestas del Ministerio de Cultura son Economía Naranja, Economía Naranja y Economía Naranja.
Yvonne Meyer: Hay una concepción de la sociedad en la que no se valora el trabajo creativo, en que se cree que se pueda jugar con eso porque está en un segundo plano. Y en este caso pierde el arquitecto interiorista, el artista. Así que es importante la creación de ACAI, porque también busca responder a la valoración de la disciplina, la relevancia y reputación de ésta y al ejercicio profesional y creativo.
CDM: ¿Cuáles creen que son las razones por las que los artistas, de cualquier disciplina, no suelen a afiliarse a asociaciones o sociedades de gestión?
Diego García Moreno: Porque se ve al colega como un rival, como la competencia, como un potencial enemigo. Porque el neoliberalismo ha desarrollado mecanismos para desvirtuar los procesos colectivos. Porque las asociaciones, en ciertos casos, han caído en prácticas burocráticas dudosas que pueden espantar -Este es el caso de algunas sociedades de gestión en nuestro medio musical-. Pero diría que, en general, desde lo audiovisual, es por desconocimiento. Porque las casas de gestión son muy nuevas y el concepto derecho de autor no ha tenido la divulgación, pedagogía que requiere. Soy optimista con las nuevas casas de gestión de derechos que han aparecido en los últimos 5 años en Colombia.
Carmen Teresa Saldarriaga: La pregunta del millón. Es la indiferencia total, vivien más preocupados por ser vedetes y hacer su obra maestra que por asegurarse calidad de vida y justicia laboral, que les proporcionaría las herramientas para poder hacer sus obras maestreas y ser vedetes. Cuando estábamos en pleno desarrollo de DASC, fuimos a un festival de cine a socializar el tema con los directores y en al salón en el que estábamos no llegó nadie. Salí por un vaso de agua y afuera había una cantidad de jóvenes sentados en el suelo o dándole la vuelta al patio. Me puse feliz y los invité a entrar, pues quedaban todavía 15 minutos para el conversatorio. Me preguntaron que de qué era, les comenté y todos se miraron y se rieron en mi cara – que mil gracias, pero ellos estaban haciendo fila para escuchar a un japonés -. Me parece fundamental que a los universitarios de les hable del tema y se les sensibilice y concientice de los derechos de autor. Si no es una materia, que al menos sean foros. Después cumplen 50 años y han perdido un cojonal de dinero por no tener ese tema claro.
Pilar Perdomo Munevar: Creo que una de las razones es que implica un aporte económico. La economía de los artistas es muy frágil y muchas veces se cree que no vale la pena hacer esa inversión. Eso ha ido cambiando y cada vez se ve la importancia de unirnos. También hay personas que no les interesa porque el trabajo colectivo es complejo, llegar a acuerdos y consensos es un ejercicio de paciencia y persistencia que no todo el mundo está dispuesto a hacer.

Corporación Colombiana de Documentalistas.
CDM: En lo personal, como artistas ¿de qué manera les ha sido de utilidad pertenecer a las asociaciones gremiales?
Pilar Perdomo Munevar: En no sentirme sola. Hacer películas es una pequeña hazaña, en el caso del documental muchas veces solitaria. Encontrar redes, colegas y apoyo es muy positivo. Hubo un logro de Alados, con el apoyo de la mesa de gremios, que me benefició posteriormente, por ejemplo, respecto a las convocatorias del Fondo de desarrollo cinematográfico, donde habían desaparecido los apoyos a la posproducción de películas. Luego de insistir, se logró que las volvieran a poner y unos años después yo me gané uno de esos apoyos. También recientemente pude participar en un laboratorio de proyectos en el que mi proyecto fue seleccionado y eso me permitió avanzar y nutrir el proceso creativo de una forma importante.
Diego García Moreno: Siento que el proceso de Alados tomó su tiempo hasta convertirse en una verdadera asociación. En principio, se mantuvo vivo más como un referente de un festival que de una entidad donde se promovía el bienestar de sus miembros, su valoración, y sus luchas gremiales. Por fortuna en los últimos años ha habido una actividad desbordante. El desarrollo histórico de lo documental fue cómplice en este proceso: su expansión a todas las regiones del país, la valoración de su utilidad en una sociedad telúrica como la nuestra, la llegada de una generación de jóvenes urgidos de visiones de lo real, la conciencia de que es mejor no estar solos, y la maduración de quienes hemos creído en la necesidad de lo colectivo ha convertido este espacio en un lugar de confianza. Hoy en día, yo y muchos documentalistas nos sentimos respaldados. Alados ha salido en defensa de miembros que han sentido ultrajados sus derechos, se manifiesta ante las injusticias que afligen al país, ha creado espacios de formación y de difusión, realiza eventos para la valoración de nuestras creaciones, participa en la mesa de gremios, incentiva las acciones conjuntas con otras asociaciones a nivel internacional.
Carmen Teresa Saldarriaga: Con las asociaciones logramos meter en la Ley 1978 de Mintic lo de la convocatoria para MIPYMES, que es sólo para casas productoras y en donde se apoya la industria, porque pasamos a ser dueñas de los productos y los podemos comercializar a nivel nacional e internacional. Sólo se quedan con los derechos de emisión para los 8 canales regionales y RTVC. Esto de verdad es un hit. Y la gente no tiene ni idea de que se logró con una lucha tenaz. Pero bueno, se logró y nos estamos beneficiando, que es lo importante.
Yvonne Meyer: ACAI tiene la misión de ir generando la cultura del pago a la creatividad, hacia allá vamos, es un proceso.
CDM: En resumen ¿por qué es importante pertenecer a gremios, asociaciones de profesionales o sociedades de gestión?
Diego García Moreno: La razón más simple: Para no estar solos. De esta simple premisa se deriva el peso que genera contar con un colectivo para negociar políticas a favor del gremio. Para tener una voz colectiva que defienda los derechos individuales y colectivos. Para desarrollar proyectos que potencien el bienestar de la profesión y la condición particular de cada miembro. Proyectos que van desde la formación hasta la ayuda en casos de emergencia, como la que hemos padecido con la reciente crisis por pandemia.
Felipe Arango: El problema no se puede limitar a tener una concertación teatral más grande o un estímulo un poco mayor, porque, en primer lugar, son estímulos mínimos que no resuelven los problemas y en segundo lugar, porque ponen a los artistas a competir entre sí, a luchar de manera individual por acceder a un estímulo que de todas maneras no resuelve el problema de la sobrevivencia del sector ni de la sobrevivencia de las expresiones culturales tradicionales, actuales y las que están surgiendo. Para buscar solución a esos problemas es que se crean o se deben crear las asociaciones de artistas.
Pilar Perdomo Munevar:5 Creo que la construcción colectiva es imprescindible en los seres humanos. Los sistemas políticos han manipulado, distorsionado e intentado destruir ese hecho. Es en comunidad, sumando energía e ideas como podemos lograr derechos, necesidades y crecimiento. El camino en solitario es más lento e incluso puede ser vano.
Carmen Teresa Saldarriaga: Las asociaciones son fundamentales porque la unión hace la fuerza. Los problemas y las necesidades del sector son las mismas, y somos los mismos con las mismas, si voy sola al Congreso no me van a parar bolas, pero si vamos representando y a nombre de todo un sector, somos escuchados. Hay que aplicar y hacer uso de la Constitución, que es realmente maravillosa. Lo que pasa es que nos enseñamos a quejarnos y a dejar que los demás hagan las cosas por nosotros. Y los grandes empresarios sí piensan en su beneficio todo el tiempo y están en la jugada de trabajar leyes que los benefician SIEMPRE. Yo invito a todo el mundo a que se organice, si no lo hace y no vota, que no se queje. Es víctima de su propio invento.
Yvonne Meyer: Para poder establecer reglas más claras de intercambio, de negociación, para que los clientes dejen de pensar que con el diseño se puede negociar sacando ventaja. Estas son disciplinas que tienen que ser valoradas. Pero también la asociación busca generar conocimiento compartido y en ese sentido se habla de coopetencia, es decir que entre ellos haya competencia, pero con una cooperación a través de eventos en donde cada uno puede exponer sus conocimientos, sus experiencias, para aprender entre todos. También hay un código de ética con el que los afiliados se comprometen a establecer buenas prácticas en la profesión.
Felipe Arango: La UNA no lucha solamente por las reivindicaciones inmediatas de los artistas, eso es sólo una parte, porque el problema es el planteamiento general de la política cultural nacional, en donde, especialmente a partir de la firma de los tratados de libre comercio, que dejan a la cultura como una mercancía que debe ser sujeta a todos los impuestos y tributos y a las mismas formas de manejo de cualquier commodity y posteriormente con la Economía Naranja, se desvirtúa el concepto de cultura y el principio fundamental de que la cultura es un derecho de los pueblos, lo que implica que el Estado tiene unas responsabilidades y unas obligaciones muy precisas, financieras y estructurales, a través de políticas culturales que permitan un curso continuo a la creación, divulgación y acceso a la cultura. Con los TLC y la Economía Naranja todo el manejo de la cultura se le entrega, en lo fundamental, a las grandes transnacionales multimedia, mismas compañías que han ido concentrando el manejo simultaneo de la literatura, el cine, la música, la plástica, el audiovisual, mientras que las culturas independientes, democráticas y alternativas tienen cada día menos recursos y capacidad de divulgar su quehacer para que la gente pueda tener acceso a ellas.

Asociación Colombiana de Arquitectura Interior.
CDM: Es decir que para los artistas y el arte hay innumerables riesgos, que el arte deje ser considerado como un patrimonio de la nación y un derecho de los pueblos para convertirse en una industria más, gravada como tal; que sea una mercancía a la cual solo puedan tener acceso quienes tengan los recursos para crear o para disfrutar de ella; que los artistas sean engullidos por las multinacionales que se lucran del arte, o invisibilizados por ellas o constreñidos y fundidos en un mismo molde a criterio de los intereses de esas grandes compañías. Por ende, asociarse es la manera de impactar políticas culturales que minimicen esos riesgos y garanticen el derecho a la cultura.
Felipe Arango: Indudablemente la asociatividad de los trabajadores es fundamental para defender sus derechos básicos de vida, de manutención, de condiciones adecuadas, de salud, etc., pero no es suficiente. La otra parte es buscar el problema estratégico, el de fondo, el de las políticas, que se implementen también en el mundo de industria, por ejemplo. Hay que crear una base ideológica para plantear un problema político cultural hacia el manejo que se le da en la sociedad a estos temas. Las asociaciones deben tener los dos aspectos, el de las reivindicaciones y la supervivencia y el de la búsqueda del por qué se está en esas condiciones y cuáles son las transformaciones necesarias para que eso no siga sucediendo.
1. Artista plástico, gestor cultural, presidente de la UNA.
2. Directora Filiación Institucional ACAI – Asociación Colombiana de Arquitectura Interior.
3. Directora de cine y tv documental y de ficción. Miembro fundador de DASC y de AGESTAR.
4. Director de cine y tv documental. Miembro fundador de ALADDOS y expresidente de su junta directiva.
5. Cineasta independiente, fundadora de Medusa Films. Miembro de la junta directiva de ALADOS – Corporación Colombiana de Documentalistas.
* Comunicadora Social y periodista. Guionista de TV y escritora