
SIN SALA
Por: María José Posada Venegas*
Una necesidad que creo que muchos artistas hemos sentido es contar con espacios para crear, o sea un taller, pero también un espacio de montaje de exposición, para probar cómo se vería una obra puesta en escena, que en nuestro caso es el cubo blanco, la galería. Aquí no existe mucho esa figura y a mí me parecía que hacía mucha falta, una cosa es tener el cuadro o la foto, tener la escultura, y otra cosa es empezar a pensar cómo se relaciona con el espacio.
Alejandro Arango
Cuatro amigos se unieron alrededor de un proyecto común: Sin Sala, espacio para el montaje de obras artísticas y también colectivo artístico y de gestión cultural, sin fines de lucro, en la ciudad de Bogotá.

Alejandro Arango García, gestor de Sin Sala, regresó de Lóndres luego de finalizar su maestría en fotografía con un sinsabor: su trabajo de tesis había sido expuesto en un espacio compartido de dos metros, así que no tuvo una oportunidad real allí de ver cómo se relacionaba la obra con el escenario expositivo. Se juntaron dos necesidades que dieron forma, a finales de 2015, a Sin Sala.
La primera necesidad, tener un lugar dónde vivir y la segunda, tener un lugar dónde probar cómo se verá una obra que ya tiene un corpus pero que “aún no se ha materializado en el espacio”. Lo resolvió tomando en alquiler un apartamento cuya zona social, la sala, se convirtió en su cubo blanco y él se quedó sin sala, pero con Sin Sala.
El Centro de Divulgación y Medios de la Universidad Nacional de Colombia conversó con Alejandro Arango García, Sergio Enciso Marín, William Ignacio Martínez y Carolina Uribe Arcila, miembros del colectivo Sin Sala, para conocer más de cerca esta experiencia.
CDM: ¿Por qué otras razones había que quedarse sin sala, para tener Sin Sala?
Alejandro Arango García1: Aquí no existe mucho esa figura y a mí me parecía que hacía mucha falta, una cosa es tener el cuadro o la foto, tener la escultura, y otra cosa es empezar a pensar cómo se relaciona con el espacio. Termino por tomar un apartamento que tiene bastante espacio en el área social y ahí empiezo a hacer un montaje de lo que yo hubiese querido que fuera mi tesis de maestría.
El primer ejercicio fue ese, era muy intuitivo, no pretendía figurar dentro de las redes de espacios artísticos. No pretendía mucho más que poderse configurar como un lugar para una exposición que ya tiene las piezas pero que todavía no sabría cómo materializarse en el espacio. Invito a alguna gente y ahí, yo ya soy amigo de Sergio, de William y de Carolina y me encuentro con ellos.

Casi en Casa, exposición de fotografías de Alejandro Arango García en Sin Sala. Fotografías cortesía de Sin Sala, intervención de María José Posada
CDM: ¿Y es entonces cuando Sergio y William exponen su proyecto Hija de Pu?
Alejandro Arango García: Sergio y William estaban trabajando un proyecto muy particular sobre el barrio Santafé y la zona de tolerancia y ahí se abre la posibilidad de que ya no sea un espacio personal para yo probar mis montajes, sino mirar que otra gente pudiera hacer lo mismo y lo que estaban haciendo Sergio y William caía como anillo al dedo, porque era un proceso que iba muy avanzado, que tenía resultados, pero no había sido agrupado en un solo espacio de exposición.
William Ignacio Martínez2: Yo, desde que estaba como en cuarto o quinto semestre sentía curiosidad por las prostitutas, la zona de tolerancia y en ese momento las “enrejadas” que había arriba de la Avenida Caracas con Calle 19, de Bogotá. Y en la Universidad los profesores me decían – Usted tiene que trabajar es con lo que le apasiona, lo que le hace hervir la sangre – así que empecé a trabajar sobre ese tema con esculturas, luego me fotografié con el torso desnudo, un poco fashion, dentro de esas rejas, porque me parecía interesante el espacio arquitectónico tras las rejas, así que también me había puesto de “fashionero” en El Cartucho, en los basureros. Me gustaba lo que generara un poco de escozor.
Sergio Enciso Marín3: Yo junté una investigación que tenía sobre la zona de alto impacto del barrio Santafé y la unimos con la que estaba haciendo William, que vivía en el Santafé, que era con fotografía y video, y nos dimos la oportunidad de mezclar esas dos líneas de trabajo, la de él que era mucho más visual y la mía que era más literaria, y montamos Hija de Pu y estuvimos como uno o dos meses haciendo charlas. Alejandro comenzó a indagar si nosotros queríamos hacer parte de ese algo que se estaba convirtiendo en un equipo de trabajo y montamos el equipo de Sin Sala.
William Ignacio Martínez4: Cuando Alejandro dijo que tenía ganas de montar esto, todos nos sumamos al carro y Alejandro expuso primero y después me tocaba a mí, pero me sentí un poco miedoso y le dije a Sergio –hagamos esto los dos -.

Exposición Hija de Pu. Fotografía cortesía de Sin Sala
CDM: ¿De dónde nació la amistad entre ustedes cuatro?
William Ignacio Martínez: Yo soy compañero de universidad de Alejandro, somos compañeros de universidad con Sergio, del semestre inmediatamente anterior. Además, antes de Sin Sala nos habíamos reunido los tres a hacer un libro de inglés, El mágico mundo del inglés. Y con la Mona, con Carolina, nos conocemos también desde la universidad, porque fuimos muy cercanos haciendo talleres en unos programas de arte que daba Colsubsidio. Así que desde muy temprana edad artística hemos hablado de arte y rumbeado. Siempre nos hemos tenido cariño y hemos trabajado también cuando nos ganamos una convocatoria del Distrito, hicimos un trabajo los cuatro con la Galería Santafé.

Ilustración Cortesía de Sin Sala
Carolina Uribe Arcila5: Como ya éramos amigos, vi una convocatoria que parecía interesante, les propuse presentarnos y eso empezó a unirnos más. Yo también estaba interesada en hacer parte del espacio, porque me parecía buena la propuesta de un espacio independiente, autogestionado, colaborativo y de carácter privado, no era una galería, no era un espacio clásico expositivo, sino que tenía un toque muy particular que me encantaba, como esa familiaridad de lo íntimo. Nos conectamos a partir de ahí y luego por el interés de todos en relación con el barrio Santafé y con lo urbano, que también ha sido un tema que me ha fascinado, la arquitectura, lo urbano, el habitar la calle y las casas. Les propuse que hiciéramos una aventura de explorar los interiores, llamando a la gente que estaba arrendando casas, apartamentos, lo que fuera y pasarnos un poco como impostores para meternos en ese mundo de la intimidad de las personas que viven allí.
De ahí fue evolucionando todo un interés como grupo para seguir explorando lo urbano, pero ya desde lo colectivo.
William Ignacio Martínez: A partir de ese trabajo que comenta Carolina, de la exploración del Santafé arquitectónico que nos fuimos proponiendo como ejercicio, y a raíz del trabajo que ya habíamos desarrollado en Sin Sala, por donde ya habían pasado tres o cuatro artistas, nos invitaron a ser curadores de una convocatoria de la Cámara de Comercio de Bogotá. Trasladamos ese modelo de investigación a Kennedy. Es algo importante y relevante de la historia de Sin Sala. Fue como un premio a un trabajo que veníamos haciendo sin pretensiones. Yo tengo unos archivos muy bonitos de un recorrido que hice por toda la frontera de Kennedy y me metí por la frontera del rio Tunjuelito, y pasé momentos solitarios peligrosos, no me pasó nada, pero tengo las grabaciones de ese espacio sólo, con contaminación, son tremendas y me pareció triste, pero cuando uno se mete en esas cosas empieza a indagar. Son cosas que también lo construyen a uno como ser humano.
Carolina Uribe Arcila: Eso fue chévere de ese proyecto, porque cada uno empezó a profundizar en temas que nos interesaban. Willy se interesó por las fronteras y lo fronterizo y Abastos6. Alejandro se interesó también por eso, por las imágenes de las fachadas, hiso un trabajo fotográfico precioso, y Sergio se empezó a interesar, a partir de su amor por los textos, como por ese lado. Y yo me interesé por el tema de autoconstrucción porque todo eso lo engloba el slogan que nos convocó de La ciudad en la ciudad, frase súper recurrente cuando se habla de Kennedy. Cada uno pudo encontrar diversas formas de leer a Kennedy.
CDM: Ahí se abren dos caminos para ustedes como colectivo, porque La ciudad en la ciudad ya no es un únicamente un proyecto expositivo.
Alejandro Arango García: Sin Sala tiene dos caras. Una es el proyecto del espacio expositivo, taller de montaje, en el cual hemos trabajado consistentemente hasta antes de la pandemia, y la otra es la del colectivo artístico, que produce obras como colectivo.
Sergio Enciso Marín: Una cosa que a mí me gusta mucho de lo que estaba diciendo Alejandro es que nosotros somos un colectivo de investigación en arte y también somos gestores, pero en ningún momento hemos decidido que eso es lo que vamos a hacer, el fruto del trabajo ha sido ir descubriendo un camino y así como eso nos pasó con Sin Sala, y con el Santafé también nos pasó con Kennedy. Cuando empezamos a leer sobre Kennedy, y Alejandro hizo una revisión súper extensa sobre la localidad, vimos que se referían mucho a la ciudad dentro de la ciudad, yo me fui con ese pretexto a preguntarle a la gente, a todo el que quisiera conversar conmigo, si conocían esa frase y de ahí empezábamos a hablar de Kennedy y cómo era vivir en Kennedy y sobre esa identidad “kennediana”.
William Ignacio Martínez: Es muy bonito como vamos descubriendo un espacio. Yo, al principio, cuando me dijeron Kennedy, dije –que pereza Kennedy, si toda mi vida viví en Bosa y crucé por Kennedy, y lo que me apasiona de Kennedy es Abastos, pero empezamos a descubrir otras historias muy chéveres. Sergio indagó sobre el tema del humedal de La Vaca, que es una historia muy linda y vi la ciudad de otra manera, que es una cosa en la que quisiéramos seguir profundizando.
Sergio Enciso Marín: Esa experiencia a mí me tocó un montón. Aprendimos mucho del trabajo comunitario y del trabajo de arte y al final el resultado, que fue La Ciudad en la Ciudad, como exposición, mostraba lo mejor que pudimos hacer. William hizo unos videos impresionantes y había montaje y Alejandro hizo trabajo con mapas, como toda una exploración geográfica de las casas que habían sido construidas por el Instituto de Crédito Territorial; la Mona hizo unos cubos que fueron súper populares y un trabajo de fotografía e intervención fotográfica muy interesante; yo saqué un libro pequeñito donde reunía unas crónicas que escribí sobre Kennedy. Para mí ha sido como uno de los momentos culmen del equipo.
CDM: La ciudad en la ciudad puede verse en la página web de Sergio en este enlace: https://laciudadenlaciudad.wordpress.com/author/sergioensinsala/

Pantallazo del proyecto La ciudad en la ciudad, tomado de la página web de Sergio Enciso
CDM: Hablemos un poco de Sin Sala como taller de montaje ¿qué vale la pena destacar en ese aspecto?
Alejandro Arango García: Hay una cosa interesante y es que, si bien no somos los más conectados y metidos dentro del medio, esto es una respuesta a eso, sentimos que somos gente que no circula tanto dentro de las plataformas comunes del medio, entonces Sin Sala fue la oportunidad de generar un espacio propio en donde pudiéramos ir creando nuestros propios contactos.
William Ignacio Martínez: Nos hemos sentido sorprendidos, porque el espacio era para desarrollar unas propuestas, y empezamos a llamar artistas que estaban en unas galerías más comerciales y no era que tuviéramos unos logros por hacer, pero nuestro trabajo empezó a ser reconocido en otros medios y en otros espacios. Vino una persona que había estado acá y dijo –venga, qué les parece si en el espacio desarrollamos una serie de talleres, yo soy curador -, trabajamos mancomunadamente con él y fue un gran éxito, se llenó el espacio con muchísima gente. Hicimos una cosa de sonido y video con él, y entonces nos pagó con los recursos que tenía de una convocatoria que se había ganado, alquiló el espacio, y por primera vez cobramos, porque a los artistas no les cobramos por exponer.
Alejandro Arango García: Y vimos que sí teníamos algo que ofrecer, fuera del espacio físico, empezamos a descubrir dentro del grupo un montón de potenciales que teníamos, tanto de networking como de creación específica de objetos, que, para mí, no era tan claro que los tuviéramos y parte de trabajar entre nosotros ha sido descubrir nuestras fortalezas y aunque suene un poquito a cliché, potenciarlas.
Carolina Uribe Arcila: Sin Sala además se ha convertido en un lugar en el cual podemos hacer práctica artística a partir de la gestión, de la divulgación, de las exposiciones.
Alejandro Arango: Naturalmente en el equipo se van dando especialidades, por los gustos, por la trayectoria de cada uno. Ha sido una cosa espontánea, eso de que se vaya sectorizando el trabajo y cada cual va aportando desde donde es fuerte, y ha sido muy clara esa división del trabajo sin haber sido premeditada. Willy estuvo trabajando mucho en la parte de montaje, de construir objetos, dejar una pared perfecta, lograr que una instalación funcione, físicamente, desde la ingeniería.
William Ignacio Martínez: Cada uno se esmera y como dice Alejandro, yo complemento, Sergio está trabajando la parte textual, entrevistando a los artistas, generando los textos que son particulares de la sala, porque en un momento dado no quisimos que llegara el artista –no, yo hago mis textos -, sino que Sergio entrevistaba al artista y a partir de esa entrevista se desarrollan los textos de la sala. A mí, Sin Sala se me convirtió en la actividad primordial artística que hago.
Alejandro Arango García: Otra característica es que a nosotros no nos interesaba hacer una carrera curatorial, que es un área del conocimiento y del trabajo en la cual tenemos muchos compañeros, gente conocida que sí está interesada en eso, que es organizar una línea curatorial, como qué tipo de exposiciones escojo yo, qué artistas escojo, cuál es el discurso que quisiera dar como curador. Nosotros nos propusimos desde el inicio no trabajar en ese sentido sino dejar el pasillo lo más abierto posible y hacer como único filtro, como único cedazo, que el trabajo que se estaba proponiendo estuviera suficientemente maduro para exponerse.

Montajes en Sin Sala. Fotografías cortesía de Sin Sala, intervención de María José Posada
Carolina Uribe Arcila: Y también hay un tema bonito que es que la propuesta no solamente fuera que tuviera un nivel profesional, sino que también se hiciera una propuesta para Sin Sala, o sobre el espacio, es decir no como coger cualquier cuadro y pegarlo en cualquier lado, sino que realmente se pensara cómo podría funcionar la propuesta en el espacio, o la interacción de las personas con ese espacio de 4 x 4 mts, con dos corredores, una terraza, es decir un espacio con unas particularidades que lo definen , entonces lo interesante también es eso.
Sergio Enciso Marín: Para nosotros el componente emocional de Sin Sala es muy importante, Si Sala es más que todo una red de amistad en la que nosotros ponemos nuestro tiempo y nuestro empeño, para hacer cosas que nos gustan por gente que queremos mucho y por gente que conocemos y en cuyo trabajo confiamos y amamos. De pronto llega la cresta de la ola y decimos –necesitamos plata para hacer más cosas, listo, usted renuncia a su empleo, usted renuncia al suyo y empezamos a pasar a convocatorias, y empezamos a vender cuadros, y hacemos sancocho - y al mes decimos –no, eso no es lo que nos interesa -, nosotros queremos trabajar como equipo, nosotros queremos poder seguir aportando con lo que hacemos, pero la profesionalización es una pared que nos obligaría a montar una microempresa y Sin Sala no es una microempresa, no es un local en el que nosotros gestionamos cosas para vender. Lo que nosotros más hemos puesto en riesgo en Sin Sala ha sido nuestra reputación y hemos salido muy bien librados porque somos un equipo de gente que trabaja mucho.
CDM: Sin Sala despierta sensibilidades y desata creaciones, entre julio y octubre de 2019, por ejemplo, Sergio desarrolló un proyecto que llamó Sala Sin Sala. Ambientación para un espacio inexistente, en el cual construyó una sala de relatos alrededor del tema de las salas de los hogares, lo que hay o hubo en ellas, lo que se vivió o se viven en ese espacio íntimo y a la vez social de una vivienda. Estos relatos están disponibles en:
Por ese espacio de montaje han pasado también maestros como Camila Eslava, Ana María Villate, Diana Afanador, Oscar Ayala, Esther Juliana Vargas, Ricardo Arcos-Palma, John Nomesqui, Carlos Conde Torrejano, Nelly Vesga, Walter Orrego, por nombrar algunos, con sus obras y sus charlas, con sus talleres y su generosidad al compartir sus saberes. Sobre estas exposiciones se puede consultar en el muro de Sin Sala en Facebook en este enlace https://www.facebook.com/sinsalaespaciotallerdemontaje/events/?ref=page_internal
1 Artista Plástico de la Universidad Nacional de Colombia. Maestría en Fotografía del London College of Communication
2 Maestro en Artes plásticas de la Universidad Nacional de Colombia. Magister en Aprendizaje Escolar, de la Universidad Cooperativa.
3 Artista plástico y escrito. Maestro en Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Colombia y magister en Estudios Culturales de la Universidad de Los Andes
4 Maestro en Artes plásticas de la Universidad Nacional de Colombia. Magister en Aprendizaje Escolar, de la Universidad Cooperativa.
5 Psicóloga y Maestra en educación en la línea de cognición, creatividad y aprendizaje de la Universidad Javeriana. Estudió QAA en Arte y diseño en el WMC en Londres, Inglaterra.
6 Se refiere a la central de abastos de Bogotá, Corabastos.
* Comunicadora Social y periodista. Guionista y Escritora.