
Doctorado creación + proyecto + diseño, un espacio para dialogar sobre el arte, el proceso que lleva a la creación y a la conformación consciente de corpus de obra para los artistas.
Por: María José Posada Venegas*
¿Cuál es el lugar de la creación en la Academia? Una discusión que lleva décadas y que en el 2022 llegará formalmente a las aulas en el Doctorado creación + proyecto + diseño, de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia, primero con esta orientación en Colombia y América Latina.
Víctor Eduardo Laignelet Sourdis1 y Rolf Eugenio Abderhalden Cortés2 lideran el campo de creación del Doctorado creación + proyecto +diseño, iniciativa que consolidará más de seis años de trabajo. El campo de proyecto está a cargo de la profesora Tatiana Urrea, el diseño a cargo del profesor Juan Ricardo Rodríguez y la línea de música al interior del campo de creación está a cargo del profesor Fernando Parra.
La idea surgió durante la primera decanatura de la Faculta de Artes del arquitecto y profesor Carlos Naranjo, quien impulsó el poder consolidar un espacio que se dedicara exclusivamente a la creación. La iniciativa tuvo acogida y se ha ido fortaleciendo en las conversaciones entre artistas y profesores de las Maestrías de Artes Plásticas, Teatro y Artes Vivas, Escrituras Creativas, Educación Artística y las del área de Música. El camino, como todos los de la creación, no ha sido expedito.
CDM: Siendo la creación una palabra con tantas acepciones ¿Cómo podríamos decir lo que es y lo que no es creación?
Víctor Laignelet: La palabra creación es muy amplia y por lo tanto puede generar muchos equívocos. Una diferencia importante, para sacarla de la generalidad, es que creación no es lo mismo que creatividad. La creatividad sería una facultad inherente al ser humano, muy especial del ser humano. Gracias a su capacidad de ser creativo, pues, ha transformado la naturaleza en cultura. La creatividad es entonces la suma de un conjunto de facultades y disposiciones del ser humano que le permite hacer cambios, hacer transformaciones en su entorno y en sí mismo. La creatividad es también una pulsión, así como tiene una pulsión sexual, una pulsión amorosa, una de ellas es que el ser humano experimenta una fuerza que lo llama a hacer las cosas de algún modo diferente, la pulsión por cambiar las circunstancias.
La creación, ante todo, la entendería yo como un proceso más amplio, un proceso en sí misma, lo cual implica que tiene etapas, tiene fases. Entran muchos aspectos del ser humano en este proceso y se orienta a una aplicación. Este proceso se aplica en muchos campos del conocimiento, hay creación en la ciencia, en las artes y en la filosofía.
CDM: Si la creación artística es un proceso que lleva al artista a realizar una obra, y gran parte de los artistas, si no todos, han producido una o más obras sin pasar por un doctorado ¿para qué el doctorado en creación?

Rolf Abderhalden: La pregunta sobre un doctorado en creación siempre ha sido controvertida, polémica, porque no para todo el mundo tiene sentido crear una modalidad de trabajo dedicada exclusivamente a la creación. Hay quienes se distancian de esta opción diciendo que el artista no necesita, lo cual es cierto, un doctorado para ser artista. Vemos en la historia de las artes que muchos de los artistas no han tenido estudios, ni siquiera en arte. Pero eso no quiere decir que las artes no supongan un tipo de formación, un tipo de pensamiento, un tipo de proceso como lo mencionaba Víctor, singular, que lo diferencia de otras áreas del conocimiento. Otros como Víctor y yo hemos apoyado esta idea que de alguna manera nos permite a los artistas contemporáneos, a los artistas de hoy, no es lo mismo un artista del siglo XIX que un artista del siglo XXI, confrontar no solamente a otros medios, por ejemplo, a la presencia hoy en día, que nunca se imaginó tan fuerte, de la tecnología, pero también de las ciencias.
Victor Laignelet: La apuesta que hicimos es llevar la creación al tercer nivel, al nivel del doctorado, como una episteme, como una forma de producción de conocimiento, en nuestro caso, circunscrita al ámbito de las artes. Por lo tanto, está reuniendo lo que llamamos artes en general, que recoge una cantidad de prácticas como artes plásticas, teatro y artes vivas, música, escrituras creativas, literatura en general, reflexiones sobre la pedagogía artística, muchos campos de lo que llamamos arte, y, por otro lado, también dialoga en la facultad con el área de arquitectura y urbanismo y con la de diseño.
Rolf Abderhalden: Y también porque estamos en un ámbito académico, nosotros estamos inscritos en una universidad, en una universidad que desearía, espero yo, poner todos los ámbitos del conocimiento en una suerte de equidad, ahora que hablamos tanto de equidad, de poner en los distintos aspectos de la vida, no solamente los que tienen que ver con lo salarial, sino con el género y también lo académico mismo, unas paridades en donde los procesos de conocimiento tan especializados que tiene un doctorado, puedan también alcanzar a los artistas, que, muchos de ellos, sobreviven en nuestro país gracias a la academia, es el espacio académico el que ha permitido que los artistas podamos seguir ejerciendo nuestro trabajo como artistas.
Víctor Laignelet: Este doctorado es muy importante en el sentido de que sí logra buscar agrupar campos distintos en un doctorado fuerte y sólido que, como termina surgiendo de diversas artes, de arquitectura, de diseño y de música, que tienen en común que el conocimiento está en lo que hacemos, y como no divorciamos pensamiento de acción, no divorciamos teoría de práctica, esta propuesta innovadora y necesaria tiene el nombre de Doctorado en creación + proyecto + diseño, pues todos consideramos que estos son campos epistémicos, no epistemológicos.
Rolf Abderhalden: Son un número diverso de variables que ha hecho que esta iniciativa del decano Carlos Naranjo, que no alcanzó a florecer en su primera administración vuelva en la segunda, de la mano de Víctor, quien tiene a su cargo la coordinación de esta idea, para que pueda desarrollarse y esta vez con mayor fuerza, con mayor peso, que es lo que hemos venido haciendo particularmente Víctor y yo, desde ya digamos hace, con regularidad, unos dos o tres años, y ya hemos presentado varias veces en varios estamentos de la Facultad y de la Universidad este proyecto.

CDM: ¿Cuál ha sido la ruta para buscar la aprobación del doctorado?
Víctor Laignelet: Una pregunta importante era sobre el conocimiento, que es la apuesta que estamos haciendo, y ha tenido controversia y la tendrá, porque al ser innovador, si bien en las artes esto se practica hace mucho tiempo, nosotros no sólo queremos apostar por una nueva episteme, considerando que la universidad debe ser un lugar donde existe no la dominancia de una sola epistemología desde la ciencia, sino distintas formas de comprender el proceso de producción de conocimiento, pero vamos más lejos, también el doctorado va a preguntarse qué es conocimiento, no lo da por dado, no es la ciencia únicamente la que define qué es conocimiento, cada episteme entra a definir qué es conocimiento. Y otra pregunta importante es quién dice qué es conocimiento; en ese sentido aparece una propuesta también política, porque cuando hablamos de quién dice, entramos en un problema de poder: quién dice qué es o qué no es conocimiento quiere decir quién lo valora, quién lo evalúa, qué instancias hay, qué faltantes hay.
Por ejemplo, el Ministerio de Educación le había pasado el mandato a Colciencias el que evaluara la producción de conocimiento en el país, pero entendía por conocimiento solo el científico, luego, generó un vació de poder, porque el Ministerio de Educación no lo asume, porque lo pasó a Colciencias, pero Colciencias por su definición se llama Colciencias, luego, tenían un presupuesto, que el conocimiento solo es científico. Ese es un vacío gigantesco a nivel Estatal y este doctorado está buscando, después de muchos diálogos con Colciencias, durante décadas, de que la universidad sea pionera en dar un paso importante en este sentido, en el reconocimiento de la creación como productora de conocimiento.
Ya fue aprobado en el Consejo de Facultad, lo llamamos el Cofa, que es un paso muy importante, es uno de los pasos más complejos, que salga del vientre, de donde fue gestado. A partir de ahora van a seguir otras instancias de algunos comités en los que tiene que ser aprobado, nos quedan tres instancias de aprobación, algunas tienen que ver con aspectos logísticos, de presupuesto, de cantidad de profesores, cosas del orden administrativo, hasta su aprobación final. Yo creo que, si nos va bien, este año deberíamos tener las aprobaciones respectivas en estos comités y estamos trabajando ya en darle carne a lo curricular, y en algún momento del 2022 debería poder estar ofertándose.

CDM: ¿Quiénes pueden acceder al doctorado?
Rolf Abderhalden: No está restringido a un campo disciplinar específico, pero sí a una práctica específica que es la artística, sea cual sea ese tipo de práctica. El aspirante debe tener una trayectoria importante, un trabajo que dé cuenta de todo un proceso de elaboración y de reconocimiento de esta práctica.
Suponemos que quien entra a este tercer nivel, de doctorado, tiene una obra detrás o un proceso de trabajo suficientemente sólido como para poder reflexionar con otros, con un conjunto de doctorandos y de profesores, acerca de los distintos problemas que ha atravesado como creador.
Víctor Laignelet: El doctorado, en el caso del campo de la creación, tiene sus propias características, lo que se le va a pedir a quien se vaya a presentar es que debe contar con la posibilidad de construir un corpus de obra, ese es uno de los objetivos de exploración del doctorado, es la configuración de un corpus de obra, debe tener una especie de corpus en latencia, no armado, llega a armarlo, pero para poder tenerlo tiene que tener una práctica extensa, una cantidad de acciones, actividades, como entienda el concepto de ser artista. Es ese conjunto de experiencia de vida.
CDM: ¿Se requiere tener maestría para llegar al doctorado? ¿Eso no lo hace excluyente?
Víctor Laignelet: La Universidad no exige que una persona que vaya a entrar a un doctorado tenga que tener maestría, no está en la exigencia legal de la Universidad. Pero la costumbre y el hábito hacen que siempre se exija que tenga maestría. Es una pregunta válida e importante, tendría que ser sujeto de análisis si podríamos considerar casos excepcionales en los que alguien que, por una trayectoria muy contundente, una experiencia artística muy larga, que puede ser más sólida que cinco años de pregrado y dos años de maestría. Lo hemos hablado, lo hemos estado pensando, aún no hemos tomado una decisión, pero hay una puerta entreabierta.
Rolf Abderhalden: Comparto la inquietud, pues muchos de nuestros colegas más brillantes en el campo de las artes son artistas que no han tenido, por una tradición generacional también, la posibilidad, o el deseo incluso, de hacer parte de una formación académica para ser artistas. Y cuando uno tiene años de experiencia y puede respaldarla y tiene una trayectoria que es reconocida, obviamente esa persona tiene muchas más capacidades que quien podría tener una o varias maestrías y una corta experiencia y poco reconocimiento en su campo. Así que esa condición que todos pensamos que fuera sine qua non para entrar al doctorado, no lo es. La vida de trabajo es la verdadera maestría.

1 Artista Plástico. Maestro en Bellas Artes. Profesor titular de la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Colombia y Maestría de Artes Plásticas de la misma universidad.
2 Artista Plástico, Escénico y Visual. Maestro en Artes Plásticas y Visuales. Profesor asociado de tiempo completo Conservatorio de Música de la Universidad Nacional de Colombia y Maestría de Teatro y Artes Vivas de la misma universidad.
* Comunicadora Social – Periodista, guionista de televisión y escritora.